Vinos con cuerpo y espíritu
Tras seis meses de crianza en barrica, Hibeu se presenta
libre de artificios. Sin clarificar, ni filtrar, sin más estabilidad
que la que obtuvo criándose en roble, prosigue su madurez en botella
ofreciendo al trasluz sus limpios tonos cereza.
Buen compañero de almuerzos y cenas, descorchado una hora antes
ya está preparado para darlo todo en todos los sentidos.
Atemperado en sus 16 grados casa con todo
y, aunque prefiere las carnes, marida bien
con los entrantes y arroces.
De aroma sutil no demasiado intenso a frutos rojos y violetas,
tiene un gusto potente, suave aunque persistente,
dejando al final un recuerdo a su cuna de madera.